El ahorcadito.

Entrégate al calor
Que después de uno
Le siguen dos.
Que no hay que revivir
La ecuación del humo
Que se apagó.

El diez perfecto quiere ser once
Yo menos uno, el solitario
Cuánto daría yo por el roce
De tu par de labios.

Golpea al dolor
Vomita el orgullo
Y por favor
Si has de pensar en mí
Hazlo sin el nudo
Que nos ahorcó.

Invierno congelado.

Ella guarda un as bajo la manga
Esconde la verguenza que es muy poca
Y con un suspiro me remanga
La lengua con sus besos en mi boca.

No quiero recordar lo que me toca
Cuando los sentimientos están en ganga
Abriéndose paso va la carioca
toca la samba de la mojiganga.

Y baila con un ritmo apresurado
Atándome al vaivén de sus caderas
Ocupo el lugar de otro condenado.

Susurra a mis oídos la sordera
“En venta un corazón alquilado”
Invierno congelado en primavera.

Mándame fuego Señor!

Duele saber que ya no duele
Duele saber que ya no muere
Pues el muerto ya murió.
Se acabaron las canciones
Y planear las vacaciones
Fuera de nosotros dos.

Duele pensar que no hay retorno
Si lo que hay dentro del horno
Es mi humilde corazón.
Vete y abre las cortinas
Que el incendio en la cocina
No es el fuego del amor.

En tinta china.

Que no hay cuerpo que dure
Unos setecientos años
Ni hay mal que perdure
Sobretodo si hace daño.

Te confieso que al dejarme
La secuela de mentiras
Sirvieron para graduarme
En la escuela de la vida.

Que sabes niña linda que te quiero
Como si lo escribiera con mortero
Mi barlovento viaja a la deriva
Pregnado de un lo siento en tinta china.

Que no hay árbol que muera
Por exceso de equilibrio
Dejaste un dolor de muelas
Que molesta si me río.

Lamento el no despedirme
Voy camino a la Medina
La caja que recibiste
es tu ataúd hecho a medida.

Que sabes niña linda que te quiero
Como la peta quiere al torero
Mi sotavento viaja sin doctrina
Pregnado de un lo siento en tinta china.

Con su permiso (Tituá)

Bucanero que no quiere pisar tierra
trotamundos que camina hasta al dormir
Calza botas que en el agua dejan huella
Vagabundo que solo sueña en Paris.

En el caribe divisó a una doncella
Dulcinea que no practica el dormir
Una de esas que solo se ve en Quisqueya
Le confiesa que la ama hasta morir.

Ay mujer,
Que mi alma la he guardado para tí
Viajo solo acompañado del arte
Que no hay oro que compare con tocarte.

Pero, mujer,
Hay otros puertos que navegan hacia mí
Donde el oro se mezcla con los diamantes
El futuro queda aquí en punto y aparte.

Con su permiso, mujer,
Huyo al baño a empolvarme la nariz
Viajo solo junto con las malas artes
De amarte pero tenerme que ir.